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(Se abre el telón. Claro de un bosque de árboles grises con hojas azules. Dos caminos se cruzan en el centro del claro, en X: uno desde el fondo a la izquierda hasta el proscenio a la derecha, y otro desde la parte derecha del foro hasta el extremo izquierdo más cercano al patio de butacas. Es de noche, aunque en el planeta Wershood nunca anochece del todo debido a la extraña órbita que realiza, en torno al ARO (Agujero Rojo Oscuro) que lo ilumina.
Personajes: Narrador (voz en off), el jacarando Robin Humolargo, el navonárdico Gordo, la medio humana Marian Raborrojo, su padre humano Paquito Almendra, el Cabo amperial Niloveo y sus soldados, el Líder Supremo reprivadano Zrrrrajjjagg y los suyos, el Amperador Biennoloveo y el robot Punto).
NARRADOR: Son tiempos duros para la Reprivada. El Líder Supremo, Zrrrrajjjagg, no sabe cómo contentar a su pueblo, y ha decidido embarcarse en un descabellado plan para recuperar la confianza perdida: capturar al fugitivo más peligroso a aquel lado del ARO, es decir, del Agujero Rojo Oscuro que conecta los dos extremos del Universo conocido.
Tampoco son tiempos muy cachondos para el Amperio: el Amperador Biennoloveo ha puesto precio a la cabeza del fugitivo más buscado a este lado del ARO, después de que el susodicho declinara, sin ninguna explicación, la misión de rescatar a la Princesa Chungoloveo, hija suya para más señas, cautiva en manos de la Reprivada.
Por último, un grupo de rebeldes bajo el mando de Marian Raborrojo se ha hecho fuerte en el planeta Wershood. Entre ellos está el fugitivo más peligroso a ambos lados del ARO, que en realidad no sabe por qué se ha convertido en un fugitivo, ni por qué es tan peligroso. Ni siquiera sabe qué es exactamente el ARO.
(Entran en escena, desde el camino del fondo a la derecha, Robin y Gordo).
GORDO: ¡Estamos perdidos, Robin!
ROBIN: No estamos exactamente perdidos. Estamos… vigilando.
GORDO: Hace ya tres horas que terminó nuestro turno, dejamos el puesto de vigilancia, y empezamos a caminar de regreso. ¿Tú ves algún rastro de las cuevas de Wershood?
ROBIN: (Con un par de dedos levantados, y la cerviz erguida) Desde el puesto de vigilancia no nos podíamos enterar de los pasos de nuestros enemigos. Por eso hemos salido aquí.
GORDO: (Rascándose uno de los tres tentáculos, con signos de hartazgo) Sí, claro. Ahora resulta que, después de pasar cinco horas en aquel agujero apestoso, con el ojo fijo en el horizonte para saber si el campamento se encuentra en peligro o no, estamos aquí porque seguimos vigilando. Siento decírtelo, pero tenemos la misma orientación que un crinacrilo mojado en aceite de wantungo, compañero (VOZ EN OFF: El crinacrilo es un insecto volador del Sistema Mentapoleoconmachaquito. Tiene la curiosa manía de sorber aceite de wantungo, tras lo que se puede tirar diez horas de la lejana estrella Sol dando vueltas sin parar mientras grita “Dubi-dubi-parapá”).
ROBIN: Que no, navonárdico, que sé más o menos dónde estamos.
GORDO: Pues menos mal. Ya era hora. Anda, tira, que vamos casi tres horas tarde.
ROBIN: Te he dicho que sé más o menos dónde estamos, pero lo de llegar desde aquí al campamento es otra historia.
GORDO: (Con un punto de ironía en la voz) Vale. Ya no me sorprende tu asombrosa inteligencia. Pues nada, tú dirás lo que hacemos.
ROBIN: Seguro que alguien se habrá dado cuenta de que no estamos, y vendrán a por nosotros.
GORDO: (Cruzando los brazos con enfado) Oh, sí, seguro. Por cierto: el otro día me dijiste que debías decirme algo que me tenías que haber dicho hace tiempo. ¿Qué era?
ROBIN: (Arrugando la cara) Oh, nada, una tontería sobre el tiempo que pasé en la cárcel. Pero tampoco es tan importante, no te creas.
GORDO: Da igual que no sea importante. De aquí hasta que encontremos a alguien, podemos hablar de las cosas menos importantes que se te ocurran…
ROBIN: Oye, por cierto: creo que el camino correcto es este (señalando el primero de la derecha). Seguro que estamos en el campamento en menos que canta un gallo.
GORDO: ¿Un gallo? ¿Desde cuándo cantan los gallos?
ROBIN: (Con extrañeza) Desde siempre, tío. Por lo menos en mi planeta. Eso sí: son asquerosos, con esas babas colgando de la boca y ese cabezón gigante…
GORDO: Joder. Pues en mi planeta son unos insectos molestísimos, que chillan después de picar, pero de cantar nada de nada. Anda, cuéntame eso de la cárcel, ahora que vamos despacio.
ROBIN: (Rascándose tres brazos con nerviosismo) Pues… verás, el caso es que yo estaba allí, pero había conseguido que no fuera por mucho tiempo. De hecho…
(Hacen mutis por el camino delantero de la derecha. Desde el primer camino de la izquierda, aparecen el Líder Supremo Zrrrrajjjagg y ocho soldados reprivadanos, con su típico uniforme consistente en camiseta de plástico amarillo, falda de hexágonos y botas con tacones, trotando con sus tres patas por barba, en formación).
ZRRRRAJJJAGG: …de hecho, esa misma tarde le había contado al verdugo, que estaba a punto de torturarlo, una parte de la información que necesitábamos para vencer al Amperio, y había quedado en soltar el resto justo al siguiente día. ¡Maldito jacarando traidor! ¿Quién iba a pensar que nos estaba engañando como a navonárdicos? ¿O que un navonárdico lo iba a liberar?
SOLDADO: ¿Puedo hacer una pregunta, Líder Supremo?
ZRRRRAJJJAGG: Adelante, soldado.
SOLDADO: ¿Por qué tiene ese nombre tan raro? Zrrrrajjjagg… Es curioso, ¿no? Un nombre un poco tonto…
ZRRRRAJJJAGG: ¿Qué dices?
SOLDADO: (Repitiendo cansinamente) Que por qué…
(El Líder Supremo saca una pistola, le da un tiro en la cabeza y el soldado cae muerto ipso facto).
ZRRRRAJJJAGG: ¿Alguna otra pregunta?
SOLDADO (OTRO): Va a ser que no, Líder Supremo.
ZRRRRAJJJAGG: Entonces, sigamos buscando a nuestros enemigos. ¡Deben estar cerca! Por cierto, ¿dónde andará el verdugo? Lleva unos días muy extraño, casi no se le entiende lo que habla. Coged al soldado traidor, y nos lo comemos más allá, que me ha entrado un hambre horrible…
(El Líder Supremo y sus soldados salen por el primer camino a la derecha. Llegan por el camino del fondo a la derecha Marian, Paquito y el robot Punto, una masa informe y pringosa con multitud de luces brillantes, hecha de Grogneno, un material original de Gragogar, el planeta más importante de la Reprivada).
PAQUITO: (Señalando al robot Punto) …pero horrible, esa forma de hablar que tiene. Rara, rara. Un robot más raro que un andaluz con trabajo fijo, niña. Yo no he entendido ni una palabra de todo lo que ha dicho hasta ahora.
MARIAN: Solamente hay que escucharlo con atención, papá. Habla a rachas, pero habla. Está queriendo decir algo con sentido.
PAQUITO: Vamos a ver, robot, ¿qué haces aquí, en mitad del bosque, solo y perdido?
PUNTO: Yoso yelver dugggggg oPuntode larrrr rrrr larre pri…
PAQUITO: (A Marian) ¿Has visto? Anda, lista, ¿qué ha dicho?
MARIAN: No sé exactamente. Está… Yo qué sé, papá: ¿presentándose?
PUNTO: vadayes toybus candoalfu gitivoro binhummm ooooo ooooo mola argo.
PAQUITO: (Chasqueando los dedos) ¡Mola argo! Eso sí lo he entendido. En nuestra ciudad también se puede decir así: esto está una mijilla perita.
MARIAN: Es tu ciudad, papá. (Con sarcasmo) “Málaga, un Paraíso”. Todavía no me has llevado, y yo no nací allí, ¿recuerdas? Bueno, deja al robot en paz, que se venga con nosotros, y vamos a seguir buscando a Robin y a Gordo. ¿Dónde coño estarán? Algo me dice que la Reprivada y el Amperio no van a tardar mucho en descubrir nuestro escondite, y aterrizarán con todo. Tenemos que estar preparados para defendernos, pero antes hay que dar con ellos.
PAQUITO: (Dando una palmada) Utilicemos la vieja técnica, nunca falla: (Gritando) ¡Robin! ¡Gordo! ¿Dónde estáis?
PUNTO: (Tratando de avisar a ambos, con los ojos muy abiertos) ¡Dosse respe ligroooooosooooosssss…!
MARIAN: (Acariciando a Punto) Que sí, robot, que muy bien. Venga, vamos por aquí. ¿Qué estará queriendo decir? Parece que…
(Hacen mutis por el camino primero de la izquierda. Llegan desde el camino del fondo a la izquierda el Cabo Niloveo y un alegre grupo de seis soldados vestidos, como es natural, con el clásico uniforme rosa fucsia y ametralladoras kameládricas al hombro).
NILOVEO: Parece que nadie se ha dado cuenta. Hemos aterrizado en el más inconmensurable de los silencios.
SOLDADO 1: ¿En el más qué?
NILOVEO: En silencio, soldado. No nos han escuchado. Así que, si todo va bien, agarraremos por las pelotas a Robin y sus inconmensurables secuaces.
SOLDADO 1: ¿Robin y sus qué?
NILOVEO: Y sus secuaces, soldado.
SOLDADO 2: Señor, hay que tener mucho cuidado. Este bastardo ha puesto en jaque a la Reprivada, dicen que hizo explotar la cárcel de la que escapó, y que sus manos lanzan unos rayos azules que destruyen todo a su alrededor. Es como una Fuerza que…
NILOVEO: ¿Pero qué dices de fuerza, ni qué chorradas? Aquí la peligrosa es esa Marian, la que reventó a tres de los nuestros en el Bar Barie, por si no lo recuerdas. Si aparece Robin, yo me encargo de volarle la tapadera de los sesos. Si es que tiene sesos, que no lo tengo tan claro. Pero con la que hay que tener cuidado es con esa inconmensurable mujer. Dicen que ha formado un ejército en este planeta. Nosotros tenemos que reconocer el terreno, y esperar a que venga el Amperador, que seguramente estará aguardando nuestra señal para aterrizar.
SOLDADO 1: ¿Cuidado con esa qué?
NILOVEO: Con esa mujer, soldado.
SOLDADO 3: ¿Cree usted que la princesa Chungoloveo estará aquí? ¿La habrá tomado prisionera Robin?
NILOVEO: La tomó prisionera la Reprivada. Y Robin no ha ido a rescatarla: de hecho, por eso se ha convertido en nuestro enemigo. Y por otras cosas que no recuerdo. En fin: que todavía debe estar en la mazmorra donde la hayan encerrado. Pero no os preocupéis: sabemos por un confidente desconocido que el robot que se encarga de las torturas no está lejos. Hay que hacer que nos diga dónde está su majestad Chungoloveo. Y hay que hacerlo de un modo inconmensurable. ¡Cargad las ametralladoras! ¡Preparaos para la batalla!
SOLDADO 1: ¿De un modo qué?
NILOVEO: En silencio, soldado.
SOLDADO 4: (Escuchando a través de una Hoja de Comunicación) ¿Avisamos al Amperador para que vaya aterrizando? Su nave está pidiendo permiso.
NILOVEO: Vale. Todos atentos: parece que nos hemos adelantado incluso a Robin y sus inconmensurables secuaces. Puede que el planeta esté todavía vacío…
SOLDADO 1: ¿Robin y sus qué?
NILOVEO: Y sus secuaces, soldado.
SOLDADO 5: ¿Vacío? Lo dudo, Cabo: acaba de decir usted que Marian está organizando un ejército por aquí. No sé yo. Estos silencios…
(Niloveo y los soldados hacen mutis por el primer camino de la derecha. Llegan, por el primer camino de la izquierda, Robin y Gordo).
ROBIN: … me acojonan vivo. No se escucha una puta mierda. Lo mismo hay cien soldados escondidos detrás de los árboles, y nosotros aquí tan tranquilos, Gordo.
GORDO: (Señalando al patio de butacas) Robin, no sigas diciendo tacos, que esta obra de teatro era para todos los públicos y estamos consiguiendo que los niños tengan que venir acompañados.
ROBIN: ¿Pero qué estás diciendo, Gordo? Cada día estás más paranoico. Un teatro… ¿Acaso no ve vuesa merced ahí (Señalando al patio de butacas) el patio de butacas? Qué cosas tienes. Mira, yo me voy a echar un cigarrito, que estoy fatal.
(Robin enciende un cigarro, con un par de manos o tres, mirando asustado a todas las esquinas).
GORDO: ¿Loco yo? Mira quién fue a hablar. En fin, que no damos con el campamento. Y te digo yo a ti que por aquí hemos pasado ya antes.
ROBIN: Sigamos buscando, que la esperanza es lo último que se pierde.
GORDO: Después del campamento, claro.
(Por el camino del fondo a la izquierda aparecen el robot Punto, Marian y Paquito).
PUNTO: (Señalando a Robin) Ma… ma… ma… macojo namaco jona maco jo…
MARIAN: ¡Vaya por Dios! ¡Ya era hora, parejita! ¡Tres horas y pico perdidos por ahí! ¡Todo el mundo esperando! ¡Y vosotros aquí, perdiendo el tiempo! Por cierto, papá, creo que ya hemos pasado por este claro antes.
GORDO: Marian, hija, pareces mi madre. Perdiendo el tiempo no; perdidos. Todo el tiempo. Me alegro de veros, la verdad.
PAQUITO: (Señalando cansinamente a Punto) Y este robot de mierda que ha aparecido por ahí me tiene ya la cabeza como un bombo. Qué coñazo.
ROBIN: (Mirando al robot con los ojos muy abiertos) ¿Dónde habéis encontrado a este bicho?
MARIAN: Por esos bosques, perdido.
GORDO: (Mirando al robot, también con su único ojo muy abierto) ¿Pero ese no es el robot de…?
ROBIN: (A Gordo, susurrando) Cierra el pico, Gordo. (A todos) Dadle a las patas, o a los tentáculos, que esta cosa es reprivadana.
PAQUITO: ¿Y tú cómo carajo lo sabes? ¿Eres adivino?
ROBIN: Qué voy a ser yo adivino… Pero ya conozco a esta… cosa con lucecitas. Y Gordo también. Luego si acaso os lo contamos. Anda, vamos, anda.
MARIAN: Pero el robot nos lo llevamos. Lo reseteamos, le borramos la memoria, y a ver si se le entiende algo.
PUNTO: (Señalando a Robin) ¡Yono… quie… yono… roircones teijoppppp ppppp teijopu…!
PAQUITO: ¡Que no sigas hablando, cacharro! ¡Que no nos enteramos de nada!
ROBIN: Estoy de acuerdo: es mejor borrarle la memoria. Que no se acuerde de nada, porque vaya a ser que…
(Hacen mutis por el camino del fondo a la derecha. Por el primer camino a la izquierda llegan el Líder Supremo y sus soldados).
ZRRRRAJJJAGG: …vaya a ser que no demos con él, y le cuente a alguien nuestros planes. ¡Hay que encontrar a ese robot como sea!
SOLDADO: Pues mire usted, Líder Supremo Raja, yo creo que a ese robot se le ha ido la olla con el golpe que le dio aquel canijo de los cuernos en las tetas, el que rescató al peligrosísimo Robin, y…
ZRRRRAJJJAGG: ¿Cómo me ha llamado, soldado?
SOLDADO: (Encogiendo los hombros) Yo que sé, yo es por acortar…
(El Líder Supremo le pega un tiro al soldado, que cae fulminado al suelo).
ZRRRRAJJJAGG: ¿Algún otro comentario jocoso?
SOLDADO (OTRO): Va a ser que no, Líder Supremo.
ZRRRRAJJJAGG: Está bien. ¡Buscad al robot!
(Por el camino del fondo a la izquierda llega el Cabo Niloveo con su soldadesca. De fondo se escuchan una pisadas gigantescas).
NILOVEO: ¡No me lo puedo creer! ¡El Líder Supremo reprivadano! ¡A cubierto, mis valientes! ¡Cargad las ametralladoras kameládricas!
ZRRRRAJJJAGG: ¡El Amperio! ¡A por ellos, matadlos, asesinadlos, ejecutadlos, ajusticiadlos, eliminadlos, sacrificadloooooos!
(Los soldados reprivadanos descargan una ráfaga de rayos contra los amperiales. Estos ponen en funcionamiento las ametralladoras kameládricas: se escucha a todo volumen una música de organillo, y luego comienza a sonar una voz femenina muy aguda, que canta lo siguiente:
No puedo estar sin él, me muero por su amor,
no dejo de llorar, buscando una razón.
¿Por qué juega conmigo? Está dañando mi corazón.
¡No sé por qué aún le quiero yo!
(VOZ EN OFF: Camela: No puedo estar sin él. Año terrícola 1999 de la Era cristiana. De venta en las mejores gasolineras)
Los soldados reprivadanos, que siguen disparando, comienzan a gritar y a taparse los oídos, que ellos tienen justo encima de los ojos. Se van suicidando con sus propias armas, y queda solamente vivo, chillando como un gato con la cola pisada, el Líder Supremo Zrrrrajjjagg. Los soldados amperiales han caído a su vez bajo las ráfagas reprivadanas, todos menos el Cabo Niloveo.
Durante este espacio de tiempo se ha seguido acercando el sonido de las gigantescas pisadas. Aparece en escena el Amperador Biennoloveo, un ser horripilante, una bola de sebo de más de tres metros de altura con una enorme cabeza de ojos rojos, seis orejas puntiagudas y tres filas de dientes en un exagerado desorden).
BIENNOLOVEO: (Señalando al superviviente Líder Supremo Zrrrrajjjagg) Así que aquí está mi enemigo. Déjamelo a mí, Cabo.
NILOVEO: A sus órdenes, inconmensurable Amperador (Apaga la metralleta, y deja de sonar la aniquiladora canción. En ese momento se levanta el Líder Supremo, y mata a Niloveo con su pistola).
ZRRRRAJJJAGG: ¡Nunca te saldrás con la tuya, maldito!
BIENNOLOVEO: ¿Maldito yo? ¡Maldito tú, maldito, que has contratado a mi héroe para que te haga el trabajo sucio!
ZRRRRAJJJAGG: ¿Pero qué estás diciendo? ¡Ese despreciable espía escapó! ¡Lo estoy buscando para matarlo!
BIENNOLOVEO: ¿Para matarlo? ¡De eso nada, oh mi enemigo mortal! ¡Yo lo vi primero!
ZRRRRAJJJAGG: ¡No lo consentiré! ¡Es mío!
BIENNOLOVEO: ¿Es tuyo? ¡Pues toma!
(El Amperador da un salto y cae sobre el Líder Supremo, aplastándolo. Un momento después se escucha, desde debajo del barrigón de Biennoloveo, un gatillo, un disparo, y la cabeza del gigante revienta. Aparecen por el camino del fondo a la derecha Marian, Robin, Gordo, Paquito y Punto).
ROBIN: ¿Pero qué escándalo es este? ¿Qué ha pasado aquí? ¿Qué es esto? ¡Todos muertos!
MARIAN: ¿El Amperador estaba en el planeta? ¡Qué asco, ha perdido la cabeza! ¿Y esta mano (Levantando, con su cola roja, una extremidad superior que ha quedado sin aplastar, sobresaliendo del cuerpo muerto de Biennoloveo, y que lleva el Anillo de la Reprivada en un dedo) asquerosa no será… la del Líder Supremo? ¿También estaba aquí? ¿Y qué hace concretamente… ahí debajo? Desde luego, esto es para mear y no echar gota.
PAQUITO: (A Gordo y Robin) ¿Pero qué cojones estabais haciendo en el puesto de vigilancia? ¿Han llegado dos ejércitos, y no os habéis coscado?
GORDO: Hombre, no te pongas así. Nos habíamos perdido. Además, están ya muertos. Se han debido matar entre ellos. Hay que ser gilipollas, desde luego…
PUNTO: ¡Muer tosenton cesyoso ylibre! ¡Libreco moelsolcuan doama neceyo so so so so ylibre!
MARIAN: Qué coñazo de robot, papá. Está para el desguace. Hay que arreglarlo, pero ya.
(Desde la zona de la masacre llega un sonido radiofónico. Robin se acerca, y coge un micrófono minúsculo de la mano de uno de los soldados suicidas de la Reprivada).
VOZ DE RADIO: Atención. Comunicación con Líder Supremo. Tenemos aquí a la princesa Chungoloveo. Nos dijo que si su vida corría peligro, procediéramos a cumplir el plan B384. Pero no sabemos en qué consistía ese plan concreto. ¿Qué hacemos? Pozí.
ROBIN: (A Marian) Verás qué sorpresa para la princesita. (Cambiando la voz, sonriendo, mirando a los demás. Aprieta el botón del comunicador) Aquí el Líder Supremo. Mi vida… corre un peligro inminente, así que pegadle veinte tiros dentro de la boca, y diez por todo el cuerpo, donde más os plazca. Ese es el plan. Pozí.
VOZ DE RADIO: Extraño plan. En fin, usted es el Líder. Tanto tiempo esperando para esto, manda huevos… ¡Hale, a tomar por culo la princesa! Pozí y cierro.
ROBIN: Pozí. (Tira el micro).
MARIAN: Te has pasado un poco, ¿no?
ROBIN: Hay que asegurarse. Si vieras a la princesa, no te quejarías. Es el doble del padre. Y más fea. De verdad te lo digo.
PAQUITO: Y digo yo, ¿qué hacemos ahora? Habrá que volver al campamento, y… Yo qué sé, empezar a vivir tranquilos. (Señalando los cadáveres) Se acabó el Amperio, se acabó la Reprivada. Con lo que bien que me lo estaba pasando yo con esto de la rebelión, a mi edad…
GORDO: Yo propongo que sigamos viviendo en cuevas. Y que hagamos más de esos chiringuitos de los que tú nos has hablado, Marian.
MARIAN: Pues sí: después de tanto pensar en resistencias y guerras, no me va a venir mal montar un negocio. Espero que este dure más que los últimos, Robin.
ROBIN: (Tosiendo y acercándose a Marian) ¿Qué me quieres decir con eso? ¿Que lo podemos montar juntos? ¿Que quieres que…?
MARIAN: (Empujando a Robin) No. Te quiero decir con eso que como aparezcas por mi chiringuito te corto los diez brazos de mierda que tienes y los pongo ese día como plato principal del menú. No sé si me he explicado.
ROBIN: Yo creía que…
MARIAN: Que sí, que sí, que querrías que me tirara en tus brazos y te confesara mi amor. Pero qué quieres que te diga, Robin. No me fío de ti ni un pelo. De hecho, me gusta más Gordo.
GORDO: ¿Perdón? A mí no me metáis en discusiones de pareja, ¿vale?
MARIAN: (Lanzándole un beso) Eso ya lo veremos, guapetón.
GORDO: (Mirando al patio de butacas) ¿De verdad se me está insinuando? Entre nosotros: me encanta esta mujer. Eso sí: lo vamos a tener difícil, porque yo soy ovíparo. Pero bueno, tampoco vamos a empezar por poner piedras en el camino, ¿eh?
ROBIN: (Mirando al patio de butacas) En fin, no se puede tener todo. Después de haber salvado el Universo conocido, mira cómo se lo agradecen a uno. (Hablando con Punto) ¿Y tú, qué dices? ¿Quieres ser mi amigo?
PUNTO: (Alejándose) ¡Breli breli brequie roser, …serquier roserli bre!
ROBIN: (Encogiéndose de hombros) Pues vale. Amigos, entonces.
PAQUITO: Venga, vámonos al campamento, que esta noche toca juerga. Tengo allí la guitarra flamenca muerta de risa, que no la toco desde que me vine de mi Tierra. ¡Ele, tiramos!
(Mientras todos hacen mutis por el camino del fondo a la izquierda, habla el Narrador).
NARRADOR: Así, queridos amigos, nuestro héroe de diez brazos Robin Humolargo, después de haber traicionado al Amperio y a la Reprivada, de haber destruido por dos veces el hogar de Marian Raborrojo, ordenado la muerte por fusilamiento desorbitado de la princesa Chungoloveo, y convertido a Gordo en un fugitivo, se va con cinco manos atrás y cinco delante, pero tan despreocupado como siempre, mientras en el campamento de la Resistencia de Wershood se celebra una fiesta por todo lo alto y en las galaxias próximas las guerras civiles se extienden como un incendio, al conocerse la estrafalaria muerte de los líderes más importantes. Así que no se quejen de lo mal que está su situación: recuerden que siempre puede empeorar, y que lo absurdo no es tan absurdo cuando se lo compara con la realidad. Y Punto.
(Se cierra el telón).
Fin