Vuelven los Cero. Vuelven los profetas de la postmodernidad, los poetas de la filosofía del desencanto y la búsqueda.
Si hace 25 años dejaron preguntas que se han convertido en predicciones precisas del mundo que estamos viviendo hoy, ahora nos traen un preciso análisis de la sociedad que hemos construido, con el ritmo de siempre, con ecos de Edgar Allan Poe y del «Lullaby» de los Cure, y con los arreglos que les ha concedido la impresionante gira «Maniobra de Resurrección», que tuve la suerte de disfrutar.
En definitiva, los 091 de siempre, que suenan hoy especialmente actuales, advirtiéndonos de que, por el camino que vamos, no llegaremos jamás. ¡Ojalá sigamos teniendo estos profetas mucho tiempo!
¡Atención a la profundidad de esta letra!
Escribí en un posavasos mis mejores versos,
era mi manera de pensar con claridad.
Alumbrado por las dudas que colgué del techo
sigo viendo cuervos en mi ventana.
Planeamos las mil formas de salir ilesos,
competimos por las sobras que dejó el poder.
Cuando empieza la pelea y termina el juego
nadie tiene la respuesta acertada.
Y alrededor las fieras siguen aullando:
«Por el camino que vamos no llegaremos jamás».
Y alrededor el vendaval hace estragos,
por el camino que vamos no llegaremos jamás.
Se bifurca mi destino, se oscurece el cielo,
mi futuro se entretiene para repostar.
Palos a los vivos, flores a los esqueletos:
nos pasamos media vida esperando.
Y alrededor las fieras siguen aullando:
«Por el camino que vamos no llegaremos jamás».
Y alrededor el vendaval hace estragos,
por el camino que vamos no llegaremos jamás (Bis).