top of page

Narcisina (El diario de Narciso)

  • Foto del escritor: Llamas, J.M.
    Llamas, J.M.
  • hace 3 días
  • 9 Min. de lectura

Actualizado: hace 15 horas


ree


Death, you bring death

and destruction to all that you touch…

Pay, you must pay

for your crimes against the earth.

And burn, you will burn,

you will burn in Hell, yeah, you'll burn in Hell,

you'll burn in Hell, yeah, you'll burn in Hell

for your sins.

Muse, Take a bow.


(Aquí puedes bajarte el cuento como libro electrónico)



Lunes 6 de enero. Hoy iba a ser mi día

No puedo más. Es que siempre es lo mismo. Van a por mí. Pero no lo conseguirán, eso está claro. Es verdad que dicen que yo siempre he sido la oveja negra de mi familia, pero todos lo pagarán, sin duda. Hoy se me ha revelado evidente lo que está pasando. Esta mañana he dicho a mi gente que me tienen que seguir, porque no hay duda de que soy el mejor en lo mío. ¡Y no he sentido que me hayan respondido sinceramente! Como un eco, me han venido a la memoria mis progenitores, con su incapacidad para ver quién soy, con sus continuos desprecios. ¡Y ahora, en este momento, todos utilizan esos errores míos, que no son responsabilidad mía, desde luego, para echármelos en cara y llegar a la conclusión de que no soy capaz! ¿Que no soy capaz? ¡Ya veremos, por supuesto que sí!

Está bien: lo he captado. «Si no queréis que sea vuestro líder, tendréis que enfrentaros a mí». Eso es lo que iba a decirles, pero he preferido ser condescendiente, y ofrecerles algo que no podían rechazar. Al final, han asumido que están debajo, y yo estoy arriba. Pero debo tener cuidado con ellos, porque no son de fiar. Eso me ha quedado muy claro. Diáfano, tan diáfano como que en esta competición que es la vida nadie va a arrancarme el primer puesto.


Jueves 6 de febrero. Hoy iba a ser mi día, de verdad

¡Que pida perdón, dicen! ¡Pero bueno! ¿Quiénes se han creído que son? Mirarme así, de tú a tú… Desde luego, hay gente que no aprende. ¡Como si yo hubiera hecho algo horrible, como si hubiera cometido un error imperdonable o algo así! ¡Que no he robado ni matado a nadie! Pero si está claro que ellos son los malos, que ellos son quienes no me han respetado tal como soy, que siempre están ahí haciendo como que lo dan todo, pero solo con un fin: dejarme mal a mí y, encima, señalarme como el que no entrego nada…

Se acabó. Ya te digo yo a ti, querido Narciso, que me miras desde el espejo con esos ojos bellos y sagaces, que voy a ir a por ellos. Se van a enterar de quién soy yo. Pero no hay que dar pistas: poco a poco, sin que se enteren. Tú haz como que sigues estando donde estabas, incluso apoyándolos, Ya sabes, el viejo dicho: «Comienza con ellos, para acabar contigo». Cuando se den cuenta de lo que ha pasado, que no las vean venir. ¡Sorpresa! Los machacaré. Nadie se ríe de mí, y menos unas personas desagradecidas, incapaces de ver quién soy y lo que he hecho, ¡cómo los he salvado a todos! Aunque, ahora que lo pienso, ¿se puede decir que sean personas, que sean humanos? Lo dudo mucho…

Es más: de noche, entre sueños, se me ha ocurrido algo que lo cambiará todo. Solo necesito buscar unos ingredientes precisos, y un lugar en el que nadie pueda entrar… El sitio lo tengo, y los medios no son difíciles de conseguir. De hecho, la mayoría están dentro de mí, o dentro de ti, Narciso querido… Y, los que no, están ahí, delante, bajo esas sonrisas desagradecidas y dispuestas a la traición… ¡Oh, Narciso, qué sorprendente belleza, cada día más extraordinaria! ¡Bésame, o, sí, bésame, por favor! ¿Cómo no se dan cuenta, todos esos que me miran y dejan entrever un desprecio que quizás solo yo soy capaz de captar, pero que detecto en sus emociones y en sus gestos, aunque sean inconscientes?


Viernes 6 de junio. ¡Lo logré!

Por fin está frente a mí. He logrado lo impensable: trasladar a esta probeta, desde el matraz, la esencia de lo mejor de mí mismo, y de aquellos sujetos que me son fieles, o que trataban de derribarme de algún modo, para ocupar mi lugar. También he pensado en utilizar a quienes todavía no han sido capaces de reconocer mi superioridad, pero he decidido emplear otra técnica con ellos: cuando pruebe el manjar que he inventado, les dejaré dos opciones.

La primera, seguirme. Entrar en mi red. Ser conscientes de la suerte que supone, para ellos, ser de los míos. Todo el mundo tiene el derecho de reconocer su error, de pedir perdón por su desprecio hacia mí, y ponerse a mi servicio. Porque esto es lo esencial: tendrán que convertirse en siervos de mi voluntad. Ese es el único camino provechoso para ellos.

La segunda, ser eliminados. Pero no violentamente: ya he vivido bastante crueldad, que ha resultado, sí, esencial, pero molesta, al fin y al cabo, durante estas semanas. Les iré cerrando todas las puertas, hasta que no les quede otro remedio que venir, de rodillas, y pedirme perdón. ¡Entonces será cuando les ofrezca el golpe final, que será, por mi parte, pura compasión! Claro que sí. ¡Oh, estoy a punto de alcanzarme a mí mismo! ¡Oh, grandeza inabarcable! ¡Oh, omnipotencia inmisericorde! ¡Oh, eterno Narciso! ¡Oh, qué erótica efigie surge ante mí, desde el reflejo de la soberana potestad!


Domingo 6 de julio. Chute de Narcisina, y será mi día…

Acabo de inyectarme una dosis completa de Narcisina. Ya siento su incombustible, su infinito poder. Y estoy dispuesto a enumerar los efectos, uno a uno.

»El primero: no cabe duda de que mi belleza ha aumentado a un grado muy superior. Miro al espejo, y no puedo evitar sentirme irremisiblemente atraído por ti, Narciso, que me observas con…

»Vaya. Creo que estoy siendo testigo de algunos efectos adversos inexplicables. Juraría que he visto, justo detrás de mi figura, en el espejo, una sombra. ¿Puede ser la figura, o el espectro, de uno de los sujetos que he usado para el experimento? No tiene sentido. Estos tales han sido convenientemente tratados, y sus restos desechados. Repito: no tiene sentido que aparezcan ahora de ningún modo. Deben ser ilusiones mías, producto de algún efecto secundario de la Narcisina.

»Confirmo los efectos adversos. He caminado hasta la cocina, y varios de estos sujetos están gritándome desde dentro. Los oigo. Me chillan su desprecio, como si fueran cerdos en degüello. Puedo incluso enumerar sus espeluznantes alaridos: «¡Inútil!», «¡Cobarde!», «¡Manipulador!», «¡Mentiroso!», «¡Falso!»… Sé que no tienen razón, pero no puedo lograr su silencio. He probado con diferentes medicamentos, pero ninguno funciona. Cada vez es más alarmante.

»Ya no veo mi efigie cuando miro al espejo. Solo los veo a ellos, y a ellas. ¿Qué ha pasado? ¿Cuál ha sido el error? ¿Quizás no he usado el porcentaje perfecto de mi esencia, o ha fallado la mezcla con lo sustancial de los otros, o el proceso de destilación? ¡No lo sé, pero los efectos secundarios empiezan a ser insoportables!

»Acaban de tocar al timbre. Es la policía. ¿Por qué? No puedo explicármelo. Lo peor es que no he sido yo quien ha contestado, sino el grito inhumano de quienes conviven dentro de mí. Creo que están llegando. He de poner fin al experimento, aunque pierdas tu vida en ello, incomparable Narciso. Es mi deber, como científico. ¡Pero no! ¡No puede ser! ¡Dejadme, dejad que termine conmigo, enemigos míos! ¡No! ¡No podéis entregarme en manos de ellos…!


Lunes 7 de julio. Evaluación psiquiátrica del paciente

Evaluación del doctor Veracius McRealthing, acerca del paciente autodenominado «Narciso», ingresado ayer a las 6:13 de la tarde.

El sujeto muestra una serie de síntomas claros, que se describen a continuación, y que podemos identificar como «Narcisismo Agudo con tendencia a la cronicidad», agravados por el supuesto fármaco inventado por él mismo, cuya denominación es «Narcisina».

1. Durante las dos sesiones de la mañana, el sujeto ha manifestado que se cree una víctima. Detrás de ello hay, probablemente, una serie de traumas infantiles que aún hemos de estudiar. Frases como «Yo siempre he sido la oveja negra de mi familia», o «Es que siempre es lo mismo, van a por mí», que repite con frecuencia, son una muestra de este tipo de comportamiento claramente observable.

2. El sujeto no ha pedido perdón, al menos sinceramente. Como mucho, en algún momento ha llegado a pronunciar «Pues sí, algo habré hecho mal», ante la visión de las imágenes de sus múltiples víctimas. Pero, de hecho, no cree haber ejecutado ningún mal: afirma, con sinceridad, que los malos son siempre los demás, refiriéndose particularmente a los hombres y mujeres que él ha asesinado.

3. El sujeto miente continuamente, como una necesidad incapaz de controlar. Está, sin duda, acomodando la realidad a su particular visión egocéntrica, y observa continuamente que hay «algo oculto» contra él. Por tanto, advierte razones encubiertas en todo, y enemigos por doquier. Esto ha sido una causa fundamental de sus acciones delictivas.

4. Para el sujeto, según sus propias palabras, todo en la vida es una competición en la que él siempre tiene la necesidad de ganar. Dentro de él hay muchos supuestos triunfadores, cada uno de ellos con un contexto diferente: una familia, una empresa, un deporte, una parroquia, una cofradía, una diócesis, un partido político… De hecho, cree que sus víctimas eran esos supuestos triunfadores, que, después del proceso de homicidio y extracción de fluidos, forman parte de su misma realidad psicológica múltiple. Esta interpretación de su propia realidad ha justificado todos sus actos, que han ido agravándose hasta llegar a lo ocurrido en el último mes: en el proceso ha comenzado haciendo trampas en su empleo, luego ha convertido la mentira en un hábito, esto lo ha llevado a la manipulación de datos en ámbitos variados, a usar los bulos para tratar de destruir a sus supuestos enemigos, y, como culmen, a la violencia y el asesinato múltiple. Ha afirmado repetidamente que «El fin justifica cualquier medio, si me ayuda a vencer».

5. El sujeto necesita a su alrededor otros sujetos subordinados y manipulables. Pasa rápidamente de aconsejar a dar órdenes. Los sujetos que no entran en su círculo de confianza crean en su psicología patológica un incontrolable deseo de hacerlos desaparecer, que ha llevado a las acciones delictivas de las que se lo acusa.

6. El sujeto ha usado un modus operandi muy particular. Para captar a sus víctimas se ha valido de la adulación. Luego llega la siguiente fase: después de investigarlas, las manipula hurgando en sus pozos más oscuros, en sus oscuridades inconfesables, para utilizarlas en su contra y poder manejarlas a voluntad, como se ve en la enorme cantidad de material de investigación ilegal recuperado en su domicilio. Estas víctimas han acabado convirtiéndose en sus marionetas, y ofreciéndole su ayuda, por ejemplo, en la captación de otras, o en las propias acciones delictivas. De hecho, ha manifestado en repetidas ocasiones que tales víctimas «Me pertenecen».

7. Esto ha conducido a una estrategia en forma de red de «favores y honores» a su alrededor: el sujeto ha ofrecido premios concretos a quien le haya hecho un favor, pero, a cambio del premio, quien lo recibe es deudor de un nuevo favor; del mismo modo, el sujeto ha ofrecido alicientes, a manera de recompensa o condecoración, a quienes han mostrado silencio ante sus acciones delictivas, o han colaborado de algún modo en ellas. Esto ha llevado a una estructura social mafiosa a su alrededor, en la que han entrado de lleno sus cómplices, que están siendo detenidos por las autoridades en estos momentos.

8. En definitiva, el sujeto, que se llama a sí mismo «Narciso», aunque antes se le conocía como «Pepillo Sánchez Sánchez», afirma que todas las personas que le rodean, incluido este equipo de terapeutas, son seres inferiores, y que sus actos han sido y son perfectamente justificables. Por tanto, recomiendo mantener al sujeto bajo estricta vigilancia, y no tomar en consideración ninguna de sus palabras, por muy coherentes que estas puedan parecer. Actualmente, no hay peligro de autolesión, ya que sus personalidades internas, que él considera efectos adversos de la «Narcisina», evitan el suicidio como una forma de «castigo» por las acciones del propio sujeto contra ellas; por supuesto, él no reconoce esta inusitada violencia, y nunca la reconocerá, mientras no cambien sus circunstancias psiquiátricas actuales.

Por último, también se recomienda seguir ofreciéndole el placebo que sustituye a la «Narcisina», que contenía evidencias muy claras de cada uno de los homicidios de los que se le acusa y que, por tanto, se encuentra en el laboratorio de criminalística. De este modo, se le seguirá manteniendo médicamente controlado por los supuestos efectos adversos de su «experimento», cuya causa afirmamos que es puramente psiquiátrica. Él se niega a tomarla, pero se le debe obligar, ya que esto ofrece un doble efecto positivo: mantener a raya su clara tendencia suicida, que evitan sus supuestas identidades psicológicas provenientes de las víctimas, como se ha dicho en el punto anterior, y también seguir favoreciendo, dentro del diálogo interno con «El omnipotente Narciso» que se produce tras cada ingestión, testimonios y fundamentos autoinculpatorios evidentes.

Para entendernos: Narciso es un asesino múltiple que está como una puñetera regadera. Así que cuidadito con él, y que nadie se fíe.


Comentarios


Málaga, España

SÍGUEME...

  • Facebook - White Circle
  • LinkedIn - White Circle
  • Twitter - White Circle
  • YouTube - White Circle
bottom of page